¿Qué tipo de 'pistas' sobre nuestro estado de salud nos da la orina?
El arte de la uroscopia jugó un papel muy importante en la Medicina, siendo su máximo representante Hipócrates, si bien después su práctica se convirtió en una pseudociencia. Una vez dicho lo anterior, hay que tener en cuenta que las características de la orina cambian, dependiendo de factores como la ingesta de agua, el ejercicio, la temperatura ambiental o la ingesta de determinados nutrientes.
Respondiendo a la pregunta, cuando se analizan las características físico-químicas de la orina nos podemos encontrar unas pequeñas trazas de proteínas (si se encuentran cantidades mayores podemos estar ante una lesión del riñón), las cantidades inusualmente grandes de orina pueden ser debidas a enfermedades como diabetes, un cálculo renal puede producir un sangrado suficiente como para teñir la orina, las enfermedades del hígado o la obstrucción del árbol biliar pueden dar un tono oscuro a la orina, entre otros.
Hablamos de fuerte olor, pero... ¿a qué nos referimos con ese fuerte olor? ¿A que debe oler para que nos preocupe y consultemos al médico?
El característico olor a amoniaco que se puede detectar en baños o en callejones se debe a la descomposición de la urea de la orina. Ese olor también puede ocurrir después de consumir ciertos alimentos, como los espárragos, la cebolla, el ajo o incluso pescado. Esto es debido a la descomposición de las proteínas que contienen y es inofensivo.
Si por el contrario, el fuerte olor no guarda relación con la ingesta de esos alimentos y se acompaña de otras alteraciones macroscópicas o de síntomas, sí se debe consultar con el médico de familia.
¿Cuándo debemos sospechar que algo no va bien, observando la orina?
Además de por lo que acabamos de mencionar anteriormente, nos debe poner sobre aviso los cambios en la cantidad de orina que producimos habitualmente. Se debe producir un mínimo de 400 a 500 ml de orina al día; si con la misma ingesta de líquidos y nutrientes de siempre, producimos mucha menos cantidad de orina (oliguria) o mucha mayor cantidad (poliuria) también debemos consultar a nuestro médico de familia.
¿Cuáles son los problemas más frecuentes que detectamos a través de la orina?
Llegados a este punto es importante recalcar la importancia de que debemos obtener la muestra de orina siguiendo escrupulosamente los consejos de los profesionales sanitarios, con el fin de no modificar las características fisicoquímicas de la orina y su análisis resulte fiable.
Una vez obtenida la muestra de forma adecuada, las enfermedades más comunes que nos podemos encontrar son las siguientes: infecciones del tracto urinario, trastornos renales, problemas hepáticos, diabetes u otras afectaciones metabólicas.
Forma adecuada de recoger la muestra de orina:
- Limpiar con agua y jabón los genitales, retirando hacia atrás el prepucio en el caso de los varones.
- Evitar que el recipiente estéril donde vamos a recolectar la orina entre en contacto con las piernas, los genitales, la ropa o tocar el borde o su interior con los dedos.
- El recipiente estéril debe permanecer cerrado hasta el momento en que recojamos la orina.
- Orinar una pequeña cantidad de orina en el inodoro y luego recoger una muestra de orina suficiente, después de lo cual el resto de orina se desechará igualmente en el inodoro. Es lo que se conoce como toma media de la orina.
¿Cuáles son las soluciones en esos casos más habituales?
Indudablemente la solución va a depender del proceso de que se trate. Lo más sencillo sería la infección urinaria, cuya solución pasa por instaurar un tratamiento antibiótico adecuado. Y en otros problemas de salud lo habitual es que se precise descartar la sospecha clínica con la realización de otras pruebas diagnósticas por parte del médico de familia.