¿Cuáles son las preguntas relacionadas al confinamiento más frecuentes que hacen durante esta época de las personas que acuden a consulta?
De un modo general, todas aquellas relacionadas con su búsqueda de certezas: ¿Cuándo terminará?, ¿Cómo será el nuevo futuro?, ¿Volverá de nuevo en otoño y con él, un nuevo periodo de confinamiento? Todas ellas de imposible respuesta en el momento actual. Buscan certezas para mitigar sus incertidumbres, como es lógico.
¿Cuáles son las emociones predominantes que han surgido entre la gente en esta emergencia por el COVID-19?
Inicialmente, sensaciones de irrealidad, con una fuerte carga de ansiedad y estados de hiperalerta, lo que conduce a un intenso estrés, que se acompaña de alteraciones del sueño.
Posteriormente, y unidas a las anteriores, tendencia hacia la tristeza y el abatimiento, especialmente en aquellas personas que viven su confinamiento en soledad. Y en todos los estadíos, el hartazgo moral por una catástrofe que nadie pudo imaginar siquiera que viviría jamás y una profunda sensación de impotencia e indefensión, que les impulsan hacia la apatía. La etapa final de aceptación, se acompaña de fuerte irritabilidad y depresión reactiva. Todo ello impregnado de una sensación de desazón profunda por la incertidumbre, con una gran carga ansiosa.
¿Existe algún tipo de duelo, por así llamarlo, a partir de todo lo perdido o suspendido en esta época? (por ejemplo: viajes, bodas, etc.)
Tal vez irritabilidad y búsqueda de responsabilidad y culpa, siempre focalizadas en el exterior a uno mismo. Sin embargo, se ha aprendido a valorar lo que verdaderamente tiene valor en la vida de cada cual y a despreciar lo nunca hasta ahora considerado como superfluo, como las posesiones materiales de cada cual, a las que siempre se supervaloró. Todo ello ha impulsado a una autocrítica, esperemos que constructiva, a la vida hasta entonces llevada, con carga ideológica crítica hacia el trato dado hasta ahora a la naturaleza. Digamos que, ante tal catástrofe considerada como natural, la persona ha rebuscado y encontrado dentro de si ciertos reproches que hacerse de su comportamiento, frecuentemente inadecuado en su relación con la naturaleza, con cierta sensación de culpa. Es de previsible una aparición de nuevos comportamientos más ecológicos que en tiempos pasados, que siendo francos, creo que serán de breve duración.
¿Qué sectores se han mostrado como los más vulnerables en esta emergencia?
Todos nos hemos dado cuenta de repente, de nuestra vulnerabilidad. En una sociedad occidental, marcadamente hedonista y autoconsiderada como todopoderosa, de repente una enfermedad hasta ahora indomable, nos ha parado los pies de súbito y nos ha colocado frete al espejo de nuestra real fragilidad. Y eso, asusta.
Los sectores poblacionales más vulnerables, podemos definirlos en cuanto a salud y en cuanto a economía, porque de ambas vulnerabilidades se trata. En cuanto a salud, la población anciana ha sido especialmente vulnerable, por su reconocida fragilidad a la infección. Pero en cuanto a la vertiente económica del problema, ha afectado a todos los grupos etarios, con especial virulencia entre las poblaciones con ingresos procedentes del turismo y del sector de servicios en general, y por supuesto, a los estratos poblacionales económicamente más débiles con anterioridad a la aparición de la pandemia. Pero hay que resaltar que la vulnerabilidad económica no ha hecho más que empezar, y es de prever una situación económica catastrófica a corto, medio y largo plazo, que será de larga evolución.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros seres queridos que se encuentran durante un duelo o con emociones fuertes en esta época?
Fundamentalmente mediante el acompañamiento, facilitando siempre la ventilación emocional del afectado. Dicho de un modo llano y fácilmente comprensible, prestando nuestro hombro al que sufre y sin interrumpir o dificultar nunca su llanto y quejas, con comprensión y empatía.
¿Qué se recomienda que haga una persona para mantenerse sana a nivel emocional durante esta época? ¿Existe alguna predicción de lo que pasará emocionalmente entre la gente después de la cuarentena?
El ser humano necesita las certezas en todos los ámbitos de su vida, para sobrevivir con una adecuada estabilidad emocional. Desgraciadamente, ahora y en un futuro próximo, de lo que se trata es de aprender a vivir en la incertidumbre. Si lo logra, su estabilidad emocional está asegurada. El que se adapta, a los cambios sobrevenidos, sobrevive. De lo contrario, sufrirá las consecuencias.
Después de la cuarentena, hasta que no pueda emplearse con éxito una vacuna eficaz, deberemos acostumbrarnos a guardar la distancia interpersonal de seguridad, actitud enormemente difícil de sobrellevar en una sociedad como la española, en la que la proximidad física y los contactos son la norma.