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QUÉ SON LAS FLEMAS Y POR QUÉ SE PRODUCEN Destacado

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ImagenAutor Dr. Mario Bárcena Caamaño Miembro del Grupo de Patología Respiratoria de la SEMG
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¿Qué son?

En el interior de pulmones las vías respiratorias, tráquea, bronquios, bronquiolos, están recubierto por un epitelio que secreta continuamente un gel mucoide compuesto fundamentalmente por agua, proteínas y desechos celulares. Este moco es expulsado desde las vías respiratorias más pequeñas y distales, asciende por la tráquea y a través de las cuerdas vocales pasa a faringe y se traga. Esa expulsión se ve favorecida por el movimiento de unos pequeños cilios que poseen las células del epitelio. Este proceso es continuo, y se estima en unos 30 ml diarios el moco eliminado de esta forma a través del tracto digestivo.

El moco también contiene sustancias protectoras como las inmunoglobulinas A, y enzimas como la lisozima que favorecen la destrucción de las bacterias. Por tanto, el recubrimiento mucoso de las vías respiratorias es una defensa natural frente a virus, bacterias, y diversas partículas que inhalamos y que quedan atrapadas en el moco y son eliminadas con ayuda del movimiento de los cilios.

Algo similar ocurre en las vías respiratorias superiores (fosas nasales, senos paranasales) y, habitualmente, a su producción en exceso llamamos mocos, y a la que tiene origen en los pulmones flemas.

El acto de expulsar las flemas o esputo, se denomina expectorar.

¿Por qué se producen? 

Normalmente no somos conscientes de la expulsión a la faringe de ese moco, pero cuando existe una agresión, tanto de virus, bacterias, hongos, gases tóxicos o partículas (polvo en suspensión, contaminación, etc.) los pulmones se defienden produciendo una gran cantidad de moco, no siendo entonces, suficiente el movimiento de los cilios para lograr su expulsión. La tos, en este caso productiva, es la forma que tiene el organismo de expulsar esa cantidad excesiva de mucosidad.

Este aumento de producción de flemas ocurre de forma aguda en infecciones respiratorias como catarros, gripes o bronquitis, pero también de forma crónica en los fumadores, alergias y en enfermedades como el asma, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o las bronquiectasias.

Tipos de flemas:

  • Flemas transparentes: Es el color normal de las flemas y con una textura similar a la clara de huevo. Algunas enfermedades como los resfriados o las alergias pueden ocasionar tan solo un aumento en la cantidad de las flemas sin cambio en el color ni en la textura. En ocasiones pueden tomar un color blanquecino.
  • Flemas amarillas, marronáceas o verdosas: por lo general el cambio de transparente a amarillo-verdoso, nos indica que hay una infección y nuestro organismo está produciendo sustancias para su defensa, ocasionándose detritus que hay que expulsar. Este cambio de color y cantidad del moco se observa en las infecciones tanto víricas como bacterianas, por lo tanto, el que las flemas sean verdes no conlleva la necesidad de utilizar antibióticos. Así, las bronquitis agudas que están causadas casi todas por virus, van a cursar con tos y flemas verdosas que se nota que “salen del pecho” y, en las personas que no tienen ninguna enfermedad crónica importante, no van a precisar antibióticos. Como es sabido los antibióticos no son eficaces frente a los virus, y su mal uso y abuso incrementa las resistencias a estos fármacos tan necesarios para combatir muchas infecciones bacterianas.

Si las flemas verdes se acompañan de otros síntomas como fiebre elevada, mal estar intenso o dolor en un costado, debe consultar con su médico.

  • Flemas rojas: el color rojo indica presencia de sangre en el esputo y, aunque en algunas ocasiones sea debido tan solo a una irritación faríngea causada por la propia tos, hace necesaria la evaluación por parte de un médico ya que puede ser un síntoma de neumonía, tuberculosis, otras infecciones o de un cáncer de pulmón.

En algunos casos pueden tener un color sonrosado y ser indicativo de enfermedades como el edema agudo de pulmón, frecuente en enfermos con la insuficiencia cardíaca y también requiere consultar con un médico.

  • Flemas negras: no son frecuentes, se pueden observar en situaciones de elevada contaminación ambiental, por inhalar humo en un incendio, o en personas que hayan trabajado en la minería del carbón.

¿Qué molestias producen en la persona?

En condiciones normales la consistencia de la mucosidad pulmonar es similar a la clara de huevo y está compuesta por un 97% de agua y un 3% de sustancias sólidas. Ante las agresiones externas se responde con un exceso de secreción, incrementando el porcentaje de sustancias sólidas. Además de aumentar el espesor, las secreciones son más viscosas y adherentes, lo que dificulta la expulsión.

La molestia más frecuente que ocasiona es la tos, que puede llegar a ser tan intensa que afecte a actividades de la vida diaria y al sueño.

La menor cantidad de agua y la mayor adherencia y viscosidad puede llegar a obstruir algunas vías respiratorias y provocar disnea o dificultad al respirar, así como favorecer infecciones de esa mucosidad que queda atrapada.

Estos cambios en la cantidad y consistencia del moco suelen ir acompañados de inflamación y por lo tanto de estrechamientos de las vías aéreas, que pueden ocasionar ruidos audibles o pitidos al respirar que conocemos como sibilancias y roncus.

¿Qué comer y beber cuando tenemos un exceso de flemas? 

No se requiere ninguna alimentación especial, en general se aconseja una alimentación sana, equilibrada, con líquidos y frutas abundantes.

Es muy importante aumentar la ingesta de agua para que las flemas sean menos densas y se expulsen mejor.

El aconsejable aumento de la hidratación, además del agua, también se consigue con fruta, zumos, caldos e infusiones.

Parece que las bebidas calientes, como los caldos y las infusiones, también ayudan a calmar la tos y facilitar la expectoración. Hay muchos consejos para utilizar diferentes productos en infusión como el tomillo, jengibre, regaliz o la menta, aunque no hay evidencia de su eficacia. Sin embargo, la miel sí que parece haber demostrado una cierta eficacia y se puede añadir a una infusión caliente como, por ejemplo, de limón. La miel no debe darse a niños menores de 1 año.

¿Qué alimentos y bebidas deben evitarse para no incrementarlas? 

Aunque no hay ningún alimento desaconsejado, como tal, para no incrementar las flemas, se aconseja evitar aquellos alimentos y bebidas que aumenten mucho el volumen del contenido del estómago para no dificultar los movimientos respiratorios, como las comidas copiosas, muy grasas o bebidas con gas.

En la población sana, no existe ninguna evidencia para aconsejar evitar los lácteos en procesos agudos que cursen con aumento de flemas. En asmáticos con alergias alimentarias a la leche, sí que se debe evitar su ingesta, no tanto porque incrementen las flemas, sino porque puedan desencadenar una crisis asmática.

Consejos para expulsarlas 

No es necesario escupir o expulsar las flemas por la boca, lo importante es que las flemas salgan del pulmón, y tragándolas ya se expulsan a través del aparato digestivo.

Como la finalidad de la tos productiva es expulsar las flemas, no se aconseja utilizar fármacos antitusivos, y si nos ayudamos de medicación para combatir la molestia que puede ocasionar la tos, podremos hacerlo con expectorantes como la guaifenesina o con mucolíticos como la N-acetilcisteína, o la carbocisteína.

Se debe evitar estar tumbado boca arriba ya que en esa postura las secreciones bronquiales se expulsan con más dificultad. Se puede dormir con más almohadas para elevar un poco el tronco.

En general, el movimiento o el ejercicio no intenso, puede facilitar la expectoración.

Las técnicas de drenaje postural mediante posiciones que faciliten la expectoración se pueden utilizar en el exceso de secreciones de enfermedades crónicas, pero no suelen ser necesarias en el aumento de flemas debidas a enfermedades agudas como catarros, gripes o bronquitis.

Se puede toser de manera más eficaz, para mejorar la eliminación de las flemas, realizando una inspiración profunda y, tras una pequeña pausa, toser dos o tres veces, con fuerza, intentado que sea desde lo más profundo del pecho.

Además de aumentar la ingesta de líquidos, el conseguir un ambiente húmedo puede facilitar la expectoración, para lo que se puede utilizar un humidificador, soltar vapor en el baño, o inhalar vapor de un recipiente con agua caliente tapando la cabeza con una toalla (en este caso algunos aconsejan poner en el agua hojas o aceite de eucalipto).

Es importante que el ambiente no este cargado, ventilar bien la estancia, evitar el tabaquismo pasivo, la contaminación y los irritantes ambientales.

Si es fumador debe abstenerse de fumar. Es un buen momento para plantearse el dejar de hacerlo definitivamente.

Recuerde no utilizar antibióticos, salvo que su médico se los haya prescrito.

Si es alérgico y/o asmático procure evitar los alérgenos y no deje de tomar la medicación habitual que tiene prescrita para su tratamiento (antihistamínicos, inhaladores, etc.)

Visto 498993 veces Modificado por última vez en Jueves, 09 Noviembre 2023 11:15