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FIBROMIALGIA: DEFINICIÓN E IDEAS ERRÓNEAS

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ImagenAutor Dr. Carlos Bastida Calvo Responsable del Grupo de Trabajo de Aparato Locomotor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG)
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¿Qué es la Fibromialgia?

Una alteración crónica caracterizada por la presencia de dolor generalizado, persistente y dolor a la presión y palpación en unas localizaciones anatómicas definidas. Está clasificada como reumatismo no articular. Está identificada como entidad desde 1904.

Considerada como enfermedad por la OMS.

Causa desconocida.

Caracterizada por dolor crónico generalizado, persistente durante más de tres meses y que el paciente localiza en su aparato locomotor. Además, existen una serie de puntos que presentan dolor excesivo para la maniobra exploratoria que efectuemos.

Además del dolor, presentan otros síntomas como: fatiga, parestesias en las extremidades, depresión, ansiedad, dolores de cabeza, rigidez articular, alteraciones del sueño y sensación de tumefacción en las manos, e incluso sintomatología intestinal.

¿Cuál es su prevalencia?

La fibromialgia afecta como promedio a un 2,10% de la población mundial; al 2,31% de la europea; al 2,40% en la población española (1117.368 afectados) y tiene un coste aproximado de 11.629 €/paciente

Supone una dolorosa pérdida de la calidad de vida de las personas que la padecen y los costes económicos son enormes: en el caso español se han estimado en más de 12.993 millones de euros anuales.

Según el estudio EPISER, se estima que la prevalencia en España es del 2,45%, siendo más frecuente en las mujeres (20:1) (4,2%) y menos en los varones (0,2%), siendo mayor su prevalencia en las edades medias de la vida. Se considera la causa más frecuente de dolor musculoesquelético crónico difuso y provoca muchas bajas laborales.

Representa del 5 al 8 por ciento de las consultas de Atención Primaria y entre el 10 y el 20 por ciento de las consultas de Reumatología

¿Está aumentando?

Parece que efectivamente está aumentando su diagnóstico. Estudios realizados en la Comunidad Valenciana estiman que la FM en la CV crece a un ritmo de 27.196 casos nuevos al año, con una tasa de incidencia de 5,4 nuevos casos por cada mil habitantes y año. La media de edad entre los pacientes con FM es de 54,04 años (IC 95%: 53,70-54,39), afectando especialmente a las mujeres entre 51 y 60 años.

¿Qué se sabe sobre sus causas?

Se han descrito agentes desencadenantes que no causan la enfermedad, sino que la desencadenan en las personas que ya tienen una predisposición previa para padecer una serie de alteraciones en su sistema de regulación del estrés y del dolor; situaciones de estrés prolongado, traumatismos, cirugía, etc.

Se piensa que se produce por alteraciones de los neurotransmisores del sistema nervioso, que son las sustancias encargadas de comunicarse las neuronas; al haber un desequilibrio en estas sustancias se producen una serie de alteraciones que pueden explicar las diversas manifestaciones clínicas de esta enfermedad:

  • La deficiencia de serotonina/norepinefrina provocarán la sintomatología ansiosodepresiva.
  •  La alteración de las vías de modulación del dolor producirá el dolor generalizado.
  • El exceso de estimulación del sistema nervioso autónomo provocará los dolores de cabeza, sintomatología intestinal, mareos, etc.

En estos pacientes, se perciben mal los estímulos sensoriales, y así notan dolor cuando notan estímulos como calor, presión, electricidad…

La base genética de la enfermedad parece incuestionable, con una evidente agregación familiar, existiendo indicios de la mayor frecuencia de algunos fenotipos genéticos como el caso de los genes que regulan la expresión de la enzima catecol-o-metil-transferasa o de la proteína transportadora de serotonina. Se ha prestado atención especial a la comorbilidad de procesos psicopatológicos, fundamentalmente depresión y ansiedad, y la localización de posibles mecanismos subyacentes a ambos trastornos. La predisposición de algunos grupos de población puede derivar en el desencadenamiento de la FM después de algún acontecimiento traumático y es conocida la correlación entre los antecedentes de maltrato en la infancia y el desarrollo posterior de FM.

Se ha estudiado la posibilidad de alteraciones en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal; la disfunción del sistema nervioso autónomo; la presencia de procesos inflamatorios autoinmunitarios; desequilibrios en la neuromodulación del sistema nervioso central; mayores concentraciones de sustancia P en el líquido cefalorraquídeo; alteraciones en la concentración, precursores o metabolitos de otros sistemas de neurotransmisión: serotoninérgico, noradrenérgico, de la encefalina o del ácido gamma-aminobutírico.

Parece evidente que encontramos una disfunción del sistema nociceptivo, en dos sentidos fundamentales: disfunción en el procesamiento del dolor que deriva en una hiperexcitabilidad central en la transmisión del dolor y un disminuido umbral de dolor (hiperalgesia y alodinia); y disfunción en las respuestas adaptativas fisiológicas de carácter inhibitorio que el sistema nociceptivo debería utilizar eficazmente en la reducción del dolor después de desaparecer la amenaza. Todo parece indicar que los pacientes con FM mantienen un estado anormal y persistente de sensibilización central en el sistema nociceptivo. La hiperexcitabilidad central puede estar provocada por la elevación presente en los pacientes con FM de los niveles de concentración de sustancias excitatorias como el glutamato, la sustancia P y el factor de crecimiento neuronal. Este incremento se ha observado en el LCR y en la ínsula, la amígdala y la corteza cingular, estructuras, por cierto, que presentan alteraciones volumétricas en pacientes con FM. Por otro lado, la disfunción en los procesos de amortiguación del dolor una vez finalizada la amenaza mediante respuestas inhibitorias descendentes, parece referir una disminución de la respuesta serotoninérgica y noradrenérgica que también ha sido comprobada en LCR.

Avances en investigación. Marcadores

Actualmente, no existe ninguna prueba de imagen o de laboratorio que nos sirva para diagnosticar la FM, pero hay abiertas varias líneas de investigación

Uso de huellas dactilares metabólicas, encontrándose una serie de patrones metabólicos claros y reproducibles en los pacientes con FM, que podrían servir para profundizar en su estudio y hallar unos tratamientos dirigidos

Otros estudios postulan como marcadores objetivos de diagnóstico en la fibromialgia: sumación temporal del dolor, flujo sanguíneo cerebral, variabilidad de la tasa cardíaca y parámetros del sueño

Los pacientes con fibromialgia muestran una mayor complejidad en la señal de velocidad de flujo sanguíneo, así como una distribución diferente en la densidad espectral de potencia. Además, han observado correlaciones de estos parámetros con los niveles de dolor clínico, ansiedad y depresión medidos por cuestionarios.

Los autores explican que “este tipo de resultados son interesantes para entender el funcionamiento cerebral de los pacientes con fibromialgia, así como su posible relación con la sintomatología psicológica y emocional que suelen mostrar estos pacientes. Además, es especialmente relevante a la hora de plantear estrategias de intervención psicológica eficaces”.

“Las alteraciones observadas podrían reflejar, entre otros aspectos, diferencias en actividad vasomotora periférica, en la respuesta nerviosa vegetativa o en la autorregulación cerebral. Un mejor conocimiento de las bases cerebrales del dolor puede ayudar en un futuro a diseñar tratamientos que permitan a los pacientes gestionar mejor el dolor crónico”, apuntan los científicos.

Otro trabajo constata que existen diferencias moleculares y una baja proporción de determinadas bacterias en el microbioma intestinal en pacientes de fibromialgia. Actualmente, no está claro si los cambios en las bacterias intestinales observados en pacientes con fibromialgia son simplemente marcadores de la enfermedad o si desempeñan un papel en su causa.

CIC bioGUNE en colaboración con el Hospital Universitario de Donostia, han desarrollado un estudio que ha identificado una lista de potenciales biomarcadores para el diagnóstico de la fibromialgia. El estudio, publicado en la revista eBiomedicine (del grupo The Lancet) refuerza la idea de que la fibromialgia es una enfermedad real, en la que existen diferencias a nivel molecular que pueden ayudar a explicarla y que pueden servir como punto de partida para encontrar posibles terapias.

¿Por qué es tan importante el tratamiento psicológico?

El dolor persistente afecta al estado anímico, desarrollando síntomas ansioso depresivos, que llegan a trastornar las relaciones familiares, sociales y laborales. Esta persistencia de los síntomas reducen la autoestima, hace que los pacientes pierdan la capacidad de concentración y existe pérdida de interés.

Por ello es muy importante este apoyo psicológico para enseñar al paciente como afrontar correctamente su enfermedad, con una terapia cognitivo-conductual que va a mejorar la depresión, la calidad de vida, e incluso el dolor

Ideas erróneas sobre la FM

1.- La FM no es una enfermedad real.

Falso. Es una enfermedad que provoca dolor y fatiga generalizadas, con una elevada prevalencia, y que afecta de una manera muy importante a la calidad de vida de quien la padece.

Está considerada como enfermedad por la OMS desde 1992, y todos los 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia.

2.- Se trata de un trastorno psicológico o psiquiátrico.

Falso. Es una enfermedad producida por una alteración de los neurotransmisores del sistema nervioso, que van a provocar una serie de manifestaciones clínicas: dolor generalizado, síntomas de ansiedad y depresión, intestino irritable, trastornos del sueño, rigidez articular y que además perciben dolor con estímulos no dolorosos, y mayor dolor de lo normal con estímulos dolorosos.

3.-Hay una dieta específica para la FM

Falso. No existe ninguna evidencia de que algunos alimentos o aditivos empeoren los síntomas.

Lo que sí es cierto, es que las personas con sobrepeso, el adelgazar puede ayudarlas a disminuir la sintomatología, por ello es necesario seguir una dieta equilibrada y evitar tóxicos como tabaco o alcohol.

4.- La hipnosis y la meditación ayudan a combatir los síntomas de esta enfermedad.

Falso. La terapia cognitiva-conductual y el ejercicio aeróbico moderado son los únicos tratamientos no farmacológicos que han mostrado su eficacia para mejorar la sintomatología.

Es totalmente necesario diagnosticar la enfermedad, y explicársela correctamente a los pacientes, para que la puedan afrontar correctamente.

Existe algún estudio que utiliza las terapias de meditación en movimiento (Qigong, yoga, taichí) y reducción del estrés basado en el mindfulness aunque con poca fuerza de recomendación, y otros utilizando la hipnosis, pero no han demostrado su eficacia.

5.- Es una enfermedad que no tiene tratamiento.

Falso. El primer paso es hacer un correcto diagnóstico; después explicarle al paciente que es esta enfermedad, e implicarle en el abordaje de su patología con una serie de pautas vitales positivas, el ejercicio y la medicación.

Dentro de este apartado, se utilizan fármacos antidepresivos, algunos anticonvulsivantes, y analgésicos, para ayudar a mejorar el sueño, combatir la fatiga y la depresión, los espasmos musculares, y el dolor. Además, ejercicio físico aeróbico de forma gradual, y terapias psicológicas para enseñarle a afrontar su enfermedad. Es una enfermedad crónica, existiendo fluctuaciones en sus síntomas, es decir que puede mejorar o empeorar sucesivamente a lo largo del tiempo.

6.- Afecta solo a mujeres y personas mayores.

Falso. Afecta a hombres y mujeres, aunque es mucho más frecuente en las mujeres (20:1). Afecta al 2,4% de la población. Es más frecuente en las etapas medias de la vida (40-50 años), aunque puede presentarse a cualquier edad, incluso en niños y adolescentes. La edad media de aparición de los síntomas se encuentra entre los 34-53 años.

La mayoría de los pacientes soportan los síntomas durante muchos años, antes de ser correctamente diagnosticados, y el inicio de la enfermedad suele pasar desapercibido.

7.- Es una enfermedad autoinmune.

Falso. No lo es. Pertenece a los trastornos de sensibilización central, y por ello presenta alteraciones emocionales y sensitivas

8.- No tiene buen pronóstico

No comporta un riesgo vital, pero es una enfermedad crónica, manteniéndose a lo largo de la vida de quien la padece.

Existen cambios en su sintomatología, pudiendo mejorar o empeorar.

El pronóstico va a depender en gran medida del tratamiento, especialmente del no farmacológico.

9.- Los afectados no pueden hacer ejercicio físico.

Falso. Uno de los apartados del tratamiento es precisamente el pautar ejercicio aeróbico, de una manera progresiva, gradual y constante. (natación, baile, paseos, caminar, bicicleta, ejercicios en agua caliente).

Visto 30387 veces Modificado por última vez en Martes, 25 Febrero 2020 18:58