El 74% de los españoles percibe su salud como buena o muy buena, sin embargo, las enfermedades de origen cardiovascular mantienen una imparable subida sobre la base de unos estilos de vida que mejoran levemente, aún de manera insuficiente, y están necesitados de una apuesta real por la educación sanitaria y la promoción de la salud.
A finales del mes pasado se publicó la Encuesta Nacional de Salud 2017. Este año se cumplen 30 años desde que en 1987 el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social comenzara a publicar la información sanitaria en relación al estado de salud, determinantes sociales, personales y percepción de bienestar de la población española.
Los datos indican que el 74,02% de los españoles tiene una percepción de salud como buena o muy buena, en contra partida, del 25,98% valora su salud como regular, mala o muy mala. La comunidad con mayor porcentaje de habitantes que mejor percibe su buen estado de salud entre bueno y muy bueno son Islas Baleares (81,88%), con casi nueve puntoS porcentuales más que la media nacional. En el otro extremo, el 35,37% de los gallegos piensa que su salud es tan solo regular, mala o muy mala.
Nuevamente, las enfermedades cardiovasculares suponen el grupo con mayor incidencia y repercusión sobre la calidad de vida percibida. Un año más y, respecto a años precedentes, el número de pacientes hipertensos, diabéticos o con cifras elevadas de colesterol vuelve a subir.
El número de hipertensos alcanza ya el 19,81% sin diferencias significativas en cuanto al género y supone el problema de salud más frecuente. A pesar de la mejora evidente en la calidad de vida que se ha producido en los últimos años, la brecha entre la clase social más alta y la más desfavorecida se mantiene en 12 puntos porcentuales.
La prevalencia de diabéticos prácticamente se ha doblado desde 1993 y se sitúa en el 7,8%. Como ya marcaba la tendencia, el mayor incremento se ha producido en hombres a partir de los 55 años. Las mujeres no alcanzan cifras similares a la de los hombres hasta los 75 años cumplidos. En este subgrupo, dentro de las enfermedades cardiovasculares, es donde los estilos de vida marcan de manera significativa el aumento de las cifras. Así la clase social menos acomodada tiene una probabilidad del 9,4% de declarar diabetes respecto a las de la clase más alta que es sólo del 4,3%.
La prevalencia de sedentarismo en tiempo libre es del 36%, que en caso de las mujeres sube hasta el 40%. El 35,3% de la población entre 15 y 69 años no cumple con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación a la práctica de actividad física.
De forma similar, la prevalencia de cifras elevadas de colesterol se ha duplicado y roza la alarmante cifra del 18%. Aunque, con diferencias pequeñas, el grupo de varones alberga cifras porcentuales algo más altas. Como ya hemos visto en los pacientes diabéticos, el gradiente social marca una diferencia en torno a los 6 puntos entre las clases sociales extremas.
Como si de un incendio se tratase, el sobrepeso en España supone a día de hoy el 37% y la obesidad afecta ya al 17,4% de la población con más de 18 años. Considerando la obesidad y el sobrepeso conjuntamente, más de la mitad (54,5%) de los adultos españoles tiene exceso de peso.
Aunque se ha enlentecido, el consumo de tabaco, mantiene la tendencia de descenso ya afianzada en los últimos años. Sin embargo, el 22,1% de la población mayor de 15 años afirma fumar diariamente y a estas cifras hay que sumar el 2,3% de fumadores ocasionales. En los últimos cinco años la bajada ha sido únicamente de 1,9 puntos porcentuales en fumadores diarios, sólo un 0,4 % al año. El grupo de los varones es el responsable de esta disminución (en 2014 27,6% y del 25,58% en 2017). Por el contrario, en las mujeres, no se observa mejora, manteniendo el porcentaje de fumadoras en el 18,76%, muy similar al de 2014.
Tras revisar todas las cifras, que no son todo lo buenas que nos gustaría, no podemos sino hacer otra cosa que reafirmarnos en la necesidad de seguir trabajando duro y mantener el foco dirigido a los grupos sociales con mayores necesidades, con el claro de objetivo de apoyar nuevas y más agresivas campañas de promoción de la salud y educación sanitaria con el fin de modificar los estilos de vida no saludables y disminuir la incidencia y prevalencia de las enfermedades cardiovasculares.
Pablo del Brío Ibáñez
Médico Residente. C.S. Arturo Eyríes. Valladolid Oeste
En representación del Grupo de Trabajo de Cardiovascular de la SEMG