Entrevistamos al doctor Roberto Fernández Álvarez, médico de familia en Allariz (Orense) y autor de la novela ‘A INMORAL DOUTORA CONS’ cuyos beneficios ha donado a la Fundación SEMG Solidaria con la que tuvo oportunidad de trabajar, como socio de SEMG desde hace dos décadas y miembro de su Grupo de Ecografía.
¿Desde cuándo formas parte de la familia de la SEMG?
Hace casi 20 años que empecé a aprender y a trabajar con SEMG, de la mano de Manolo Solla y Manolo Devesa, dos maestros para mí en ecografía, pero también en humanidad y generosidad. Trabajo con el grupo de ecografía y colaboro con la escuela de ecografía de la SEMG.
¿Fuiste antes médico de familia que escritor, o al contrario?
Escribo desde antes de tener uso de razón. Puedo decir que antes de usar la razón usé la literatura. Soy un escritor precoz pero un publicador tardío. La Medicina de Familia me ha aportado muchas experiencias susceptibles de convertir en literatura.
Háblanos de cómo surgió la idea de escribir la novela ‘A INMORAL DOUTORA CONS’ y si tienes alguna obra más.
La idea surgió hace más de veinte años, cuando trabajé en tierras de Pazos de Arenteiro, donde se desarrolla la novela. Luego estudié a fondo la historia y la antropología de la enfermedad en la Galicia rural e hice mi tesis doctoral sobre eso. Publiqué un ensayo, Enfermos pobres, médicos tristes. Luego vino la novela. A este ritmo creo que puedo publicar una novela aproximadamente cada veinte años.
¿Por qué has decidido hacer la donación a la Fundación SEMG Solidaria?
La medicina y la literatura son mis dos pasiones. Pero vivo de la medicina y vivo muy bien. Todo lo que gane con la literatura lo consideraré un excedente, por lo tanto, creo que no me corresponde a mí mientras haya personas que apenas tienen lo suficiente para sobrevivir. Confío en la Fundación SEMG Solidaria porque trabajé con ellos y conozco cómo se emplea el dinero. Y seguiré colaborando con ellos económica o profesionalmente mientras me sigan inspirando confianza.
¿Cómo ves la situación actual de la Medicina de Familia?
La Medicina de Familia se encuentra en medio de dos tensiones; por un lado, una comunidad cuya demanda tiende al infinito (influida por una filosofía liberal de que todo puede adquirirse) y, por otro, una Administración que alimenta esa idea, pero carece de recursos para darle respuesta, y por lo tanto pone barreras (protocolos, burocracias, listas de espera). Ante esa situación, la Medicina de Familia tiene la opción de absorber esa demanda a costa de sacrificar la eficacia, o de frenarla a costa de sacrificar la accesibilidad. Creo que la idea original de Medicina de Familia sólo podrá sobrevivir si se logra que el médico sólo haga aquello que sólo el médico puede hacer. Lo demás debe hacerlo la inteligencia artificial, el personal administrativo u otros profesionales.