¿Cuáles son las principales novedades en el ámbito de la sensibilización central?
Podríamos destacar los trabajos sobre escalas para diagnosticar la sensibilización central. Las actividades que organiza la SEMG, como el Foro anual de Dolor, tienen como objetivo promover entre los asistentes el conocimiento de la sensibilización central, sus mecanismos neurofisiológicos, la identificación de pacientes afectados y su tratamiento. Y más teniendo en cuenta de que se trata de un cuadro clínico todavía poco conocido entre los médicos de Atención Primaria (AP).
¿Qué mecanismos tiene el médico de Primaria para diagnosticar la sensibilización central?
Intentamos transmitir unos síntomas básicos que hagan pensar al médico de Atención Primaria en la sensibilización central: dolor moderado-intenso (EVA > 5/10) de más de 3 meses de evolución, hiperalgesia y/o alodinia, síntomas alejados de la lesión inicial, y afectación del estado de ánimo (alteraciones del ciclo del sueño, astenia, apatía, bajo síntomas depresivos, ansiedad, sono y fotofobia…)
¿Cómo es el dolor de los pacientes diagnosticados con sensibilización central?
Es un dolor de componente mixto y, como tal, debe ser tratado recurriendo no solo a fármacos analgésicos si no también asociando fármacos coadyuvantes que permitan actuar en distintos lugares de las vías nerviosas del dolor. Insistimos en emplear la terapia multimodal en los pacientes que padecen sensibilización central al dolor.
¿Qué formación debe tener el médico de Primaria para reconocer la sensibilización central?
Primero, pensar en ella. Luego, debe conocer la neurofisiopatología básica que le permita comprender qué neurotransmisores, receptores y vías nerviosas intervienen en su desarrollo, y qué síntomas se manifiestan teniendo en cuenta lo anterior. Así mismo, unas nociones básicas de farmacología de cómo actúan los distintos fármacos. Conjuntando lo anterior, nos permite elegir el fármaco más adecuado según las manifestaciones clínicas de la sensibilización central.
Todo lo anterior explicado de una manera sencilla y amena, y que sea de utilidad inmediata al día siguiente al incorporarse el médico de AP a su consulta diaria, objetivo básico de las actividades formativas de la SEMG.
Según la OMS “el 95% de los síndromes dolorosos, de cualquier etiología, son perfectamente tratables con la adecuada utilización terapéutica farmacológica conservadora”. Podríamos extrapolar esta afirmación a que el 95% de los síndromes dolorosos serían tratables en AP y solo un 5% deberían ser derivados al segundo nivel asistencial para recibir tratamiento intervencionista o fármacos específicos.
En cuanto al tratamiento, ¿cómo se aborda al paciente con este trastorno?
Conociendo las nociones básicas de los mecanismos neurofisiopatológicos, podremos elegir no solo fármacos analgésicos puros, si no asociar fármacos que ayuden a restaurar las vías descendentes del dolor o que actúen sobre los mecanismos de transmisión del dolor. Insistimos en el tratamiento multimodal de la sensibilización central, tanto asociando fármacos como el empleo de fármacos que, ya de por sí, actúan por dos mecanismos.
Otro de los pilares es el cambiar el concepto de la “Escalera analgésica de la OMS” por el de “ascensor analgésico” que permite una inmediatez en la respuesta al tratamiento del dolor. Planteamos a los asistentes la pregunta de si ellos padeciesen un dolor moderado-severo aceptarían estar durante semanas recibiendo analgesia no adecuada para ese dolor sabiendo que el tratamiento de un dolor severo (EVA > 7/10) son los opioides potentes.
Es esencial el establecer mecanismos de relación resolutivos y de inmediatez para dar solución a los pacientes con dolor cuyas alternativas de tratamiento se han agotado en AP, dado que el dolor no tiene lista de espera.
¿Cómo es el seguimiento del paciente con sensibilización central desde la consulta de Primaria?
El dolor de sensibilización central es un dolor moderado-severo. Su tratamiento analgésico de base debería ser con opioides. Existen controversias en el uso de opioides en el tratamiento del Dolor Crónico No Oncológico y en el Foro de Dolor de la SEMG se insistió en que “el tratamiento con opioides no es para toda la vida…, en principio”.
En el “ascensor analgésico” se sube, pero también se baja. Insistimos en el control periódico de paciente a tratamiento con opioides y una vez controlado el dolor, reevaluar al paciente cada 12-16 semanas y comenzar la reducción de dosis hasta alcanzar la dosis mínima eficaz o incluso retirarla. La Ley española de renovación de prescripciones de opioides sometidos a control, facilita estas revisiones ya que solo permite la prescripción por 3 meses (12 semanas), momento en el cual se debe aprovechar para reevaluar al paciente. Nos sorprendería el porcentaje elevado de pacientes que mantendrán el control del nivel de dolor, una vez retirados los opioides, solo con fármacos coadyuvantes que restauran y mantienen el equilibrio de las vías del dolor.