Los grandes síndromes geriátricos representan una caja de Pandora de situaciones de pre- discapacidad y, por tanto, constituyen un foco ideal donde centrar las medidas de prevención. En muchas ocasiones estas circunstancias pueden pasar desapercibidas para los profesionales de la salud.
Los modernos síndromes geriátricos incluyen: fragilidad, sarcopenia, anorexia, delírium, caídas, fatiga, polifarmacia, depresión, demencia y deterioro cognitivo leve (DCL). El reconocimiento en fases precoces del deterioro cognitivo es muy importante, porque en algunos casos existe una causa tratable y porque permitirá incluir medidas preventivas, medidas terapéuticas y planificar los cuidados .
El envejecimiento es un proceso universal, continuo, heterogéneo, de carácter lento y com- plejo. Durante el mismo, el gradual deterioro de las capacidades funcionales hace a los individuos, debido a la pérdida de capacidad homeostática, particularmente susceptibles y vulnerables ante una gran variedad de alteraciones patológicas. La heterogeneidad se puede abordar tanto desde el punto de vista filogenético como ontogénico. Esta notable variabilidad interindividual e intraindividual con respecto a la velocidad y cantidad del en- vejecimiento resulta de una compleja interacción entre genética, medio ambiente y factores estocásticos.