Miembros de la ejecutiva de la Sociedad Autonómica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia en Catalunya (SEMG-Cat) mantuvieron un encuentro recientemente con el consejero de Salud, Antoni Comín i Oliveres, y con la directora general de Ordenación Profesional y Regulación Sanitaria de la Generalitat de Catalunya, Neus Rams i Pla.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha elevado hasta el 20,9 por ciento el gasto sanitario previsto en los presupuestos regionales de 2018 para el área de Atención Primaria lo que, según manifestó anoche en Cuenca el director general de Atención Sanitaria del Sescam, José Antonio Ballesteros, va a permitir “consolidar el papel de referencia que tiene la Atención Primaria de Castilla-La Mancha a nivel nacional y por el cual hemos sido reconocidos”.
Ballesteros, que participó en la inauguración de las 22ª Jornadas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, felicitó a la SEMG de Castilla-La Mancha por la organización de este encuentro cuyo programa científico, que se presenta bajo el título ‘El cuidado integral del paciente, haciendo futuro’, reúne en la capital conquense a más de un centenar de médicos de Familia de Castilla-La Mancha.
Después del varapalo de las oposiciones de médicos de familia, que ha generado una oleada de indignación comparable al nivel de dificultad de las preguntas, se confirma la anunciada fuga de profesionales del Servicio Cántabro de Salud hacia comunidades vecinas, donde también se han celebrado ofertas públicas de empleo. «A mí, Sanidad me ha echado directamente de Cantabria», sostiene Borja Rivero, a punto de tomar posesión de su plaza en propiedad en Asturias. Y no es el único caso. Otros cuatro compañeros han hecho ya (o están en proceso) las maletas con destino a Villaviciosa, Colombres, Ribadesella y Gijón. A un puesto fijo en el País Vasco ha accedido recientemente otro médico cántabro. Aprobado, aunque pendiente de resolución, se encuentra otro, en este caso con destino en Castilla y León. Y uno más se ha ido ya nada menos que a Canarias. La Gerencia de Atención Primaria reconoce que intentará compensar el impacto de esta pérdida mediante comisiones de servicios, para que puedan volver a Cantabria aquellos que lo deseen, y que, además, trabaja en la captación de nuevos profesionales procedentes de otras comunidades.
El «examen traicionero» del pasado sábado, como lo han tildado los aspirantes, ha puesto la puntilla al «hartazgo» de los médicos de familia. El planteamiento es comprensible: «Si las opciones son seguir en Cantabria como interinos o sustitutos sin saber hasta cuándo (porque las anteriores oposiciones fueron en 2010), mientras en otras autonomías encontramos la estabilidad de una plaza fija, ¿cómo no nos vamos a ir?».
Rivero, que tiene dos especialidades, 18 años de experiencia a sus espaldas, es doctor, profesor, coordinador de centro y ha superado tres oposiciones (Asturias, País Vasco y Andalucía), se muestra contundente: «Me voy porque esto es un desastre. La realidad es que en Cantabria ha habido dos concursos de traslados sin oposiciones y dos OPE salpicadas por resultados anormalmente estadísticos. El panorama está lleno de suciedad y corruptelas». Y lo peor, lamenta, es que «ahora quede la idea de que los interinos somos seres estúpidos sin capacidad de aprobar una OPE». Eso es lo que «más duele», como coinciden varios de sus compañeros, que además critican la «torpeza burocrática» de la Administración cántabra para celebrar unas oposiciones aprobadas en 2015. Esta demora llevó a buena parte de los interinos del SCS a probar suerte en las pruebas que se han ido convocando en el resto de comunidades. Solo dos de los siete que habían sacado plaza en Asturias decidieron agotar el último cartucho en el examen del pasado sábado. Acertaron el tiro, porque están entre el raquítico 9% de aprobados (solo superaron la prueba 34 de 367), pero son una excepción.
«Apostamos por quedarnos en Cantabria por una cuestión de arraigo, de lazos familiares, y porque no sabemos cuándo podremos regresar», señala uno de ellos. El temor del colectivo es que la escasez de médicos de familia, común a todo el territorio nacional, restrinja también la concesión de comisiones de servicio, la fórmula para que un profesional pueda ser cedido de un servicio de salud a otro, y la única puerta para 'volver a casa' mientras no se convoquen concursos de traslado. «Cuando eres joven y no tienes ataduras no te importa tanto marcharte donde sea y sin mirar atrás, pero es distinto cuando tienes de 40 a 50 años y tu vida asentada aquí», añade otro.
La Consejería de Sanidad no ha entrado a valorar ni a responder a las críticas vertidas por los profesionales tras el «vergonzoso» examen de la OPE, que centraba la mayor parte del cuestionario en «preguntas estadísticas, de escasa aplicación en la práctica asistencial de Atención Primaria, y detalles rebuscados de gestión y calidad». El departamento que dirige María Luis Real se ha limitado a decir que «el tribunal es soberano». Sin embargo, el sindicato CSIF insta a Sanidad «a buscar soluciones para cubrir las 45 plazas convocadas», ya que considera «imperdonable dejar 11 plazas desiertas con la falta de médicos que padecemos en Cantabria y la competencia que tenemos con el resto de servicios de salud de otras autonomías».
Referencia: http://www.eldiariomontanes.es/cantabria/cantabria-pierde-medicos-20171118205245-ntvo.html
Plan para renovar y reforzar AP
La consejera de salud de Andalucía, Marina Álvarez, ha detallado en una conferencia en Madrid su plan para reforzar la atención primaria que incluye una revisión cupo a cupo de los recursos y necesidades de la primaria para ajustarlos en el plazo de cuatro años.
"La Medalla no puede de ninguna forma tapar la verdadera situación de la AP en Asturias"
El Principado de Asturias ha decidido conceder la Medalla de plata a la red de profesionales y centros de Atención Primaria del SESPA. El presidente de SEMG Asturias, Antonio Hedrera, valora en esta entrevista este reconocimiento.
¿Qué supone para usted este reconocimiento por parte del Gobierno del Principado?
Es una satisfacción, pero más que a nivel personal, a nivel de todos los compañeros que trabajamos en AP, ya que es una forma de reconocer públicamente nuestra labor por parte del Gobierno del Principado, que con ella premia los méritos de personas o entidades que se distinguen por sus servicios a los intereses de Asturias.
Los médicos de cabecera han alertado del riesgo de saturación al que se enfrenta la Atención Primaria en Aragón, ante la avalancha de jubilaciones de facultativos que se producirá de aquí a tres años. Según ha alertado el sindicato Fasamet, durante el próximo trienio se jubilarán casi la tercera parte de los médicos de Atención Primaria que ejercen actualmente en la Sanidad pública aragonesa.
«Mientras en otras comunidades se ha ampliado la eddad de jubilación a los 67 años, en Aragón todo son trabas», ha criticado al respecto el presidente del Sindicato de Médicos de Atención Primaria (Fasamet), Leandro Catalán. Esta entidad organiza el XXXI Congreso Aragonés de Atención Primaria que se celebra estos días en Zaragoza y que reúne a más de 300 profesionales del sector.
Leandro Catalán también ha criticado el actual sistema organizativo de la Atención Primaria en la Sanidad pública aragonesa. A su juicio, sobrecarga de trabajo burocrático a los médicos, lo que resta capacidad de atención -y calidad- en el servicio directo que se presta a los pacientes.
«La organización actual no es adecuada ni eficiente, el médico dedica el 50 % de su tiempo a tareas burocráticas, especialmente con el ordenador, realiza funciones que pondrían desempeñar otros profesionales», ha indicado Leandro Catalán. «Se está penalizando y saturando la puerta de entrada del sistema y todo ello repercute negativamente en la calidad del servicio que damos a los pacientes», ha subrayado.
Los Médicos de Atención Primaria denuncian que siguen sin solucionarse problemas ya enquistados como el deficiente sistema informático; la falta de personal, sobre todo a la hora de cubrir bajas temporales y periodos vacacionales; la inestabilidad en el empleo o la inminente jubilación de casi un tercio de la plantilla en los próximos tres años.